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Ansiedad mortal

Se incrementó tan brutalmente que supuse un suicidio en vez de una especulación

Hasta ahora, jamás había alcanzado tan insospechados límites de flagelación y agonía

Siempre me inculcaba la maldita mentira de que era yo quien humanamente la contenía

Pero hoy supe que esa estúpida idolatría la esparcía para apresar mi única salida

.

¿En qué momento aconteció esa dolorosa lesión que trastornaría para siempre mi mente?

¿Cómo fue que aquellos impulsos insignificantes se apoderaron de todo mi tiempo?

Me temo que, de continuar así, no habrá ninguna otra puerta que cruzar que el suicidio

Pues haga lo que haga ella me persigue y no sé cómo detener su incipiente homicidio

.

No tiene voz, mirada ni forma física, pero la sombra que extiende sobre mí es sempiterna

Tan poderosa se torna su arrogante influencia que apenas y puedo conservar mi esencia

Malgastada por esos patrones que se repiten sin sentido, por esas obsesiones delirantes

Trastornado y con la cuchilla en mi garganta es como aplazo esta fatiga espiritual

.

Miro a las personas y me siento feliz porque al menos ellos nunca soportarán esta miseria

¿Qué hacer cuando tu propia mente se rebela, cuando tu cuerpo no obedece lo que piensas?

¿Cómo sobrevivir a esta locura que altera toda mi existencia volviéndola superflua?

Quisiera no respirar, pues sus etéreas garras parecen atrapar mi más mínima experiencia

.

Supongo que yo mismo soy el villano de cada una de las pinturas que muestran mi muerte

Incluso sexualmente ya no puedo conservar la suficiente armonía para disfrutar tal deleite

Porque ella está donde quiera que yo esté, es el perfecto dilema del erizo que me envuelve

Es cada uno de mis temores, traumas y dolores; la personificación de mi ego ensimismado

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Tan intolerable y a la vez inspiradora de poesías, suicidios, desvaríos, escritos y algarabías

¿Cuándo me dejará en paz con mi melancolía? ¿Cuándo se llevará toda su amargura?

Estoy tan agobiado de repetir lo mismo hasta aborrecer mi asquerosa y humana existencia

No quiero pensar en lo que no deseo, no puedo vivir en esta realidad donde no oigo ni veo

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En el fondo soy yo quien se hace daño, pues ella es solo una ilusión que oprime mi corazón

Desde que apareció, acabó con la escasa voluntad de vivir que aún restaba en mi cascarón

Lo redujo todo a cenizas, esparció su veneno y se vivifica cuando me tiendo a sus pies

No podría explicar el extraño vómito en que mi vida se tornó cuando ella apareció

***

Divagando en el Sinsentido


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