,

La Execrable Esencia Humana 59

Ha llegado finalmente ese cruento instante en que todo ha perdido su sabor: las flores se marchitan, el sol se oscurece, las montañas se empequeñecen, los pájaros callan, los planetas se detienen, el universo colapsa, pero mi alma al fin es libre… Y esta vez se trata de una libertad tal que incluso podría parecer locura, pues no tiene origen ni fin y más bien se asemeja a un cántico proveniente del infierno proferido por ángeles de extraña naturaleza. No debería tener miedo, sino solo dejarme arrastrar por el celestial flujo de su perfecta sintonía y no cuestionar más; no saber ya a dónde voy ni de dónde he partido… En todo caso, si pudiera definir lo que ahora experimento solo una palabra saldría de mi boca: indefinido.

*

Hay momentos inciertos en los cuales estoy aterrado de mi mente; son amargos y sutiles momentos de oscuridad, esquizofrenia y soledad. Me consumen, muerden y espantan; no obstante, paradójicamente, solazan este extraño sentimiento cada vez que imagino no ser yo mismo. Y es que cada vez me pierdo más, cada vez me hundo más en mi propia miseria y resuenan en mi cabeza todas las equivocaciones cometidas. También están todos los errores, todos esos estúpidos errores que jamás me dejaron en paz. Siempre fui yo mi peor enemigo, ese desgarrado monstruo que se encargó de devorarme lentamente. Mi rostro no lo reconozco más y quizá por eso prefiero refugiarme tontamente en mi cabeza trastornada. ¿De qué sirve ahora imaginar un mañana distinto donde la felicidad y la dicha puedan no ser tan efímeras e ilusorias? La realidad es un delirio divino del cual buscamos desesperadamente escapar y, al no conseguirlo, nos resta únicamente entretenernos con insulsas y patéticas entidades.

*

Me dio gusto haberte conocido, al menos eso puedo llevarme al otro lado del umbral: tu sempiterno recuerdo y la inefable sensación de una dulce fragancia que tus labios impregnaron en mi alma la primera y la última vez que te besé. Después de eso, nada en mi vida atroz volvió a tener color o sabor alguno; ¡y hasta la muerte me sabrá a poco cuando finalmente acontezca el gran suceso! Creía que no te olvidaría jamás, que vivirías por siempre en mí y que nuestro amor no podría ser disuelto por nada ni nadie. Y, ciertamente, así fue… Solo que el tiempo y la tristeza no perdonaron los delirios de este torpe soñador y sí que clavaron sus espadas relucientes en mi corazón acongojado. Hasta entonces he vagado sin rumbo y me he embriagado sin razón; quizá todavía te extrañe, quizá ya no… Tal vez esta noche todo termine y tu recuerdo, ¡ahora sí!, será solo cosa del ayer.

*

Y, aunque comparado con tantas cosas nuestro encuentro será solo un suspiro, será el más profundo que haya existido. Al menos para mí tú has simbolizado el espejo en el que mejor me he reflejado, en el que mi alma más se ha alegrado y a quien podría abrazar y besar hasta que el tiempo se haya terminado. Me gusta sobremanera la forma de tu sonrisa, porque me hace alucinar con pasajes oníricos que no pueden ser ciertos en esta realidad, pero que, al besarte, se vuelven aún más ciertos que la más grande verdad. Espero volver a verte pronto, volver a rozar tu cuerpo si es que aún posees uno… Y espero que no me olvides demasiado rápido, al menos no hasta que de esta vida me haya librado al fin.

*

La noche con mi muerte acaecía, dejándome finalmente escapar de esta luctuosa fantasía denominada vida. ¡Qué tragedia fue haber vivido! ¡Qué grotesco fue no haberme matado antes! Me arrepiento indudablemente de cada suceso, anhelo o encuentro y me pierdo en mis desvaríos tan concurrentes; no creo que aquí nadie me encuentre al amanecer. Pero eso no importa más, eso es solo poesía humanizada. Lo que yo siempre busqué, quizá, no se hallaba en este mundo anómalo. No, claro que no. ¿Cómo podría hallarse aquí? Lo divino, lo más sublime, aquello que no muere ni nace tampoco porque es y será por siempre… ¡Y creo que tal fue mi lamentable error siempre! Amor a lo humano cuando debería haberlo rechazado y haberme entregado a la luz inmortal y sempiterna de la hermosa deidad que trasciende cualquier religión, filosofía o ciencia.

***

La Execrable Esencia Humana


About Arik Eindrok

Deja un comentario

Previous

Encanto Suicida 59

Obsesión Homicida 59

Next