Penumbra de sinsentido

Comunidad y aceptación de los deseos opuestos ante la sibilina divinidad hermafrodita

Y todo lo que concibo no permite que mi lubricidad espiritual se exponga al natural

Infinitas ocasiones he derramado las lágrimas horribles de la incertidumbre onerosa

¿Hasta cuándo dejaré de recorrer el círculo? ¿Será hoy el apocalipsis del óbito?

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La humanidad que fluye por mis venas ha humillado el vapor de lo sublime

Odiosa naturaleza que ha emponzoñado el único sendero posible en la oscuridad

Abriendo la cabeza es como intento extender unas alas marchitadas por el mortal deseo

Mi existencia, si es que tengo una, solo ha servido para masacrar la encomiástica máscara

.

Conminado a esta pesadilla donde me asqueo de aquellos que se hacen llamar vivos

Continúo la senda sin ningún deseo de permanecer en un estado de putrefacción tal

Espero la llegada de la portadora de los cofres siniestros y el incienso sagrado

En sus ropajes lameré la semilla ignota que ignorará los próximos encuentros mundanos

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Pero la lucha no era solo externa, yo mismo me destruía entre las sombras hambrientas

¡Cuán complejo era mantenerse ileso ante las singulares mordeduras de la blasfemia!

Esa inmundicia había mantenido adoctrinada a la raza absurda desde el origen del ser

Y su poder no tenía comparación, pues siempre sabía dónde atacar con mayor precisión

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Te absorbía, te desequilibraba y te ofrecía la más cerval y vomitiva contaminación

Pero siempre encubierta, parapetada bajo argucias momentáneas de placeres efímeros

Empero, cuando menos lo esperabas, había tomado de ti lo único que aún centelleaba

Porque esa era su mejor habilidad: extirpar las almas de los patéticos humanos atroces

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La falacia iba más lejos aún, difícilmente mostraba los efectos hasta el éxtasis del defecto

Asesinaba la soberbia creación y fraguaba el moldeamiento que adormecería el intelecto

Numerosas artimañas brotaban mientras me colgaba y me retorcía inútilmente en tormento

Mi muerte sería el nacimiento de la penumbra donde escindiría mi mente de mi cuerpo

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El hielo cubrirá la esquizofrénica esencia que otrora encendiera el olor de mi sangre

No niegues que estás tan corrompido y pútrido en el interior como tu siniestro reflejo

Eres uno más que recorre absurdamente el círculo, un títere sin remedio, una víctima vil

Todo lo que impera dentro es la marca que nos hace humanos en esta existencia sin sentido

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Libro: Último Suspiro


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