¡Qué difícil es intentar respirar un poco más cuando en realidad lo único que quieres es ahogarte cuanto antes!
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Solo la muerte imperaba ya en el derruido universo donde fui un pésimo protagonista de una historia que jamás debió haber existido, pero que fue y trajo consigo la mayor desesperación posible.
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Aunque nuestro amor haya fenecido, quiero que sepas que aún te amo. Sí, aún pienso en ti más de lo que podrías colegir y experimento convulsiones cromáticas que alborozan mi espíritu hasta el más allá cuando ilusamente sospecho que te podría estar ocurriendo lo mismo.
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Debí darme cuenta antes de que jamás serías para mí, de que tu corazón ya palpitaba por alguien más y de que todo lo que sentimos no fue sino una quimera en mi triste y patética realidad.
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Los humanos ya no deben existir, la gran purificación debe comenzar cuanto antes. Solo así este mundo será al fin iluminado y los muertos conocerán su propia redención.
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Ya no aguantaba existir, pero era algo más que una simple idea. Era lo que carcomía mi interior día con día lo que tornaba todo en una miseria insoportable, lo que me consumía demencialmente. Pese a todo, aún sigo aquí y el inefable anhelo de suicidarme es lo único que aún me consuela en un mundo tan insustancial y abyecto como este.
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Catarsis de Destrucción
