Los verdaderos nihilistas-pesimistas-absurdistas no andan por ahí existiendo y odiando la existencia, simplemente se suicidan presa de la más insana mescolanza de desesperación, náusea y hastío.
*
De vez en cuando, no puedo controlarme a mí mismo ni reconozco ya quien soy, pues la disociación es muy fuerte. Entonces, en tal estado, fantaseo con obsesivos homicidios y encantadores suicidios. Pero, al volver, realmente lamento no poder llevar a cabo todo lo que en mi mente me deleita tanto imaginar.
*
Las personas parecen estar hechas para ser adoctrinadas y manipuladas, pues, de otro modo, solamente serían como ovejas descarriadas. Y lo mágico de este sistema, la pseudorealidad, es que precisamente está hecho para adoctrinar y manipular; de hecho, cada elemento en él está enfocado a ello. Así, tenemos el sistema perfecto entre aquellos que añoran ser controlados y aquello que está hecho para controlar a la perfección. A esto actualmente le conocemos como mundo humano y nos sentimos, irónicamente, libres y especiales en él.
*
El ser no quiere tener nada que ver con la libertad, la reflexión, la espiritualidad ni cualquier otro elemento parecido; prefiere, con nefando gusto y vil cinismo, la crápula, la decadencia, la ignorancia y cualquier cosa parecida, pues en estos últimos se siente en sintonía con su propia naturaleza.
*
Quizá lo que tan desesperadamente buscamos negar es que en el fondo somos malos, que nuestros emblemas son el egoísmo, la avaricia, la infidelidad, la ruindad y el materialismo. Pero todo esto es normal, puesto que somos humanos.
*
La humanidad ya no debe continuar existiendo ni mucho menos reproduciéndose. Es incluso una blasfemia que una raza tan abyecta perpetúe su execrable esencia y, encima, que crea ser lo más evolucionado cuando no es sino lo más miserable y ruin que pueda concebirse.
***
Desasosiego Existencial
