El antídoto que necesitaba se hallaba en la muerte, bien lo sabía
No existía ya nada que pudiera mitigar por completo el hartazgo
Cualquier otro supuesto remedio no sería sino solo un paliativo
Pero jamás algo definitivo en la mortal batalla contra el absurdo
.
Era demasiado fuerte, tanto que las contradicciones en mi ser emergían
Cualquier actividad o pensamiento eran ya solo meras divagaciones
Cualquier persona o elemento carecían del más mínimo sentido
Recostarme en cama, con la luz apagada y sin ánimos era mi exilio
.
El vacío que cada día crecía en mi interior no podía ser detenido
Los medicamentos no eran ya suficientes, solo empeoraban las cosas
El sinsentido de la existencia aumentaba vertiginosamente en mi ser
Los oídos me dolían, la garganta se me cerraba y mi corazón sangraba
.
Eran momentos de absoluta catarsis previo a la culminación divina
Lo necesitaba más que nunca, lo requería para volver a sentirme vivo
Tenía esperanzas en la muerte, pero sabía que me autoengañaba mucho
Escucho ahora unas voces en los pasillos que me sugieren el suicidio
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Los días pasaron mientras la inutilidad se apoderaba de mi razón
Y ahora estoy aquí, contemplando la sangre que se vierte en el sol
El brillo oscuro que me depara una agonía sin igual al proseguir
Mis tareas, si había algunas, han acabado ya y es mi momento final
.
No más dramas ni lágrimas, no más interés fingido en esta blasfemia
La sinceridad implora por la navaja rasgando mis muñecas podridas
La culpa me llama desde el cementerio y me escupe larvas doradas
Todo está mal, delirios obsesivos; pero ya es hora de asistir a mi sepelio
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Nostálgica Contradicción