La Execrable Esencia Humana 23

Ese era mi mayor temor, que podría pasarme toda mi existencia elucubrando acerca de las supuestas verdades universales y supremas, pero en el fondo algo me decía que la única verdad por descubrir era la … Leer más

Encanto Suicida 23

El mayor pecado que comete el mono es reproducirse, prolongar las putrefactas semillas de una especie tan carente de sentido y tan limitada en todo aspecto. Si dios realmente existe, o el diablo, sea de … Leer más

La Cúspide del Adoctrinamiento I

Era una tarde cualquiera, más banal que de costumbre en la humanidad. En una ciudad triste en donde el sol brillaba intensamente y donde por momentos se ocultaba tras la contaminación que diariamente era esparcida … Leer más

Amor Delirante 23

Tu llegada cambió todo radicalmente: liberó los sueños y acertijos que, para este menguado ser, habían quedado opacados por un supuesto destino. Las llaves fueron entonces conferidas en el ocaso suicida y el umbral fue … Leer más

Romántico Trastorno 05

A veces, muy seguido, de hecho, tan triste y solo he llorado sin parar y me he embriagado por las noches únicamente para no aspirar todavía el inevitable aroma del suicidio. * La soledad de … Leer más

La Execrable Esencia Humana 22

Inconsciente de su atroz inutilidad, adorador de la más sórdida banalidad, buscador de vicios y eterna mundanidad, conspirador de sueños rotos y profeta de la destrucción masiva; he ahí lo que se persigue viviendo en … Leer más

Encanto Suicida 22

Cuando realmente se ama a alguien, lo mejor que puede hacerse por él es colaborar con su muerte. Dicho acto no tiene comparación alguna en la absurda y lamentable percepción que el mono ha concebido … Leer más

La monstruosidad de mi interior

La irracional convicción de vivir no estaba destinada para un miserable como yo Aquel sujeto deplorable que en sueños se regocijaba con el asesinato y el dolor El perfecto olor a muerte que emanaba de … Leer más

El Inefable Grito del Suicidio XVI

Entonces pasó que, un viernes por la tarde, día predilecto de fiestas y borracheras, decidí quedarme para visitar al profesor G. Llamé en repetidas ocasiones a su cubículo, pero no hubo respuesta. Esperé una media … Leer más

El Inefable Grito del Suicidio XV

En las nuevas vacaciones me aburrí como un imbécil, y extrañaba a Isis con tanto ahínco. Podría decir que fueron las más depresivas y tortuosas semanas para mí. Entré en un debate por decidir qué … Leer más