Virtud Anómala
Aún te extraño, todavía conservo el retrato de tu desnuda silueta ¡Y de qué manera embonaban nuestras almas en el éxtasis del caos cerúleo! De más estaba respirar el calor propagado por el encuentro del … Leer más
No hay razones para existir
Aún te extraño, todavía conservo el retrato de tu desnuda silueta ¡Y de qué manera embonaban nuestras almas en el éxtasis del caos cerúleo! De más estaba respirar el calor propagado por el encuentro del … Leer más
Noté que su conducta había cambiado drásticamente, estaba en trance y nada de lo que dijera la haría cambiar de opinión. Yo mismo no terminaba de explicarme y aceptar lo acontecido, pues era inverosímil creer … Leer más
Y, cuando miro el inmarcesible resplandor que se oculta en tu iridiscente mirada, siento que aún tengo la fuerza suficiente para desmenuzar mi sombría miseria y torturarme un poco más en este desvarío de existencia … Leer más
Me sentía extraño, pero pude vencer aquellas reflexiones impertinentes y actúe tal y como Lary me lo solicitaba. A mí me encantaba su boca, porque estaba fresca y sus gemidos me prendían mucho, aunque no … Leer más
Me sentía anonadado por una sensación inexplicable. Lary me estrechaba entre sus brazos y creía recordar a Melisa… ¡Sí, eso era! Rememoraba cómo alguna vez llegué a experimentar cosas bonitas, y también volvió a mi … Leer más
Ese juego me gustaba, pues sabía que ella era una completa imbécil, y que me apreciaba como si yo fuese un dios. Podría hacer cualquier cosa para ganarme su desdicha y, aun así, continuaría teniéndome … Leer más
No supe qué contestar. ¡Si tan solo aquella inocente niña supiera quién era yo en realidad! ¡Si supiera qué cosa tan aterradora e insignificante era mi vida! Desde luego que era sincero y no creía … Leer más
Ahora entiendo por qué los humanos detestan la muerte, porque es la única deidad a la que no pueden humanizar con sus creencias decadentes. El nivel más elevado e incomprensible de caos ante el que … Leer más
Lo que único que no soportaba realmente de mí era el hecho de estar vivo, de sentirme absurdamente forzado a existir en un mundo que detestaba más aún que el acto de respirar. Luego, tenía … Leer más
Tal era la canción que Jicari, aquella niña pringosa de nueve años solía cantar a unos cuántos pasos de mi puerta. Los sucesos siempre ocurrían en el mismo orden: el señor Golpin llegaba borracho, drogado … Leer más