La Cúspide del Adoctrinamiento III

En el fondo, Filruex y Lezhtik eran más similares de lo que imaginaban. Si bien es cierto que sus temperamentos y actitudes discrepaban demasiado en cuanto a lo común se refiere, ambos conservaban intacta su … Leer más

Siempre te amé

El tiempo ha pasado, me pregunto cada noche si aún estás viva Espero que sí, porque en mí sigues tan latente como el primer día De ti recuerdo todo, no hay nada que no me … Leer más

Certeza

El dolor no requería manifestarse como lo hizo, todo fue una argucia vil y siniestra. ¡Y cuán desdichado fui ante la rueda de la existencia, primero por existir y luego por haberte conocido! El inefable … Leer más

Escultura inmemorial

Brillas tras cada decepción y sin alas incluso, sin ningún adorno Recluso del singular carmín que en tus ojos atisbo con maestría La concordancia perfecta de belleza e inteligencia en ti colapsan Eres tú, en … Leer más

Sapiencia

Palpitaba en mi interior la demoniaca congoja y el espectáculo perturbador de observarte ajena en las caricias, entregando aquella magia emblemática que otrora soñara solo de mi propiedad. ¡Qué tonto fui al creer en algo … Leer más

La Execrable Esencia Humana 22

Inconsciente de su atroz inutilidad, adorador de la más sórdida banalidad, buscador de vicios y eterna mundanidad, conspirador de sueños rotos y profeta de la destrucción masiva; he ahí lo que se persigue viviendo en … Leer más

La creación más perfecta

Ya no sé qué hacer, en verdad que no. Ya no sé si podré seguir viviendo de este modo tan irreal. No sé cómo combatir esta desesperación infame que viene y se apodera de mi … Leer más

Aflicción

Solitario y adusto me acuesto en el suelo de esta habitación fúnebre, lánguido y absorto con el recuerdo de tu rostro y sus facciones espirituales. El polvo me cubre y oculta las dolorosas llagas que … Leer más

El Inefable Grito del Suicidio XV

En las nuevas vacaciones me aburrí como un imbécil, y extrañaba a Isis con tanto ahínco. Podría decir que fueron las más depresivas y tortuosas semanas para mí. Entré en un debate por decidir qué … Leer más

El Inefable Grito del Suicidio XIII

Al llegar a casa, mojado y devastado, no logré calmarme, y, en suspenso, realicé mis actividades. Mi vida se había terminado, aunque quizá nunca había comenzado. ¡Con qué mirada ahora papá y mamá me recibían! … Leer más