Infinito Malestar 42
Podía hacerme miles de autoengaños, contarme todos los cuentos habidos y por haber o cegarme tanto como pudiera; pero, al final, siempre terminaría, de un modo u otro, torturado por el implacable absurdo de la … Leer más
No hay razones para existir
Podía hacerme miles de autoengaños, contarme todos los cuentos habidos y por haber o cegarme tanto como pudiera; pero, al final, siempre terminaría, de un modo u otro, torturado por el implacable absurdo de la … Leer más
Todas las personas siempre buscarán, de un modo u otro, influenciarnos tontamente; o, peor aún, contaminarnos con su pestilente esencia y mundanas perspectivas. Y esto es así dado que, lamentable, casi todas las personas de … Leer más
La mayor parte de nuestra vida es un desperdicio, tanto que hasta podríamos decir que el mero hecho de vivirla lo es. ¿Cómo podría no serlo así cuando casi todo nuestro tiempo debemos dedicarlo a … Leer más
Precisamente me sentía mal por eso: por relacionarme con personas cuyas miserables y patéticas vidas no podían serme más indiferentes, y cuyas nauseabundas presencias me asqueaban hasta el tuétano. Pero ¿qué podía hacer? ¿No era … Leer más
Tan solo en la mentira, fuente principal de la vida, hallan los rebaños la funesta fuerza para soportarse y para adorar todas sus miserias. Cuando el velo caiga, empero, quizá ni siquiera la muerte sea … Leer más
Llegó el momento en que fui incapaz de apreciar que había buenas personas, momentos valiosos y lugares interesantes. Todo se había tornado infernalmente gris y la agonía de ser era lo único que imperaba en … Leer más
La libertad es un camino que espanta a cualquiera y ante el cual es mucho más cómodo para la gran mayoría de monos el autoengañarse con cualquier banal doctrina o nefanda ideología que, al final, … Leer más
Naturalmente, a las personas no les ocasiona problema alguno el permanecer en su irrevocable estado de ignorancia, miseria y envilecimiento. Incluso, creo que se sentirían mal si no se hallaran en él. La naturaleza humana … Leer más
La tristeza, cuando anida y termina por conquistar el corazón del ser consumido previamente por la melancolía, no puede tener otro fin que no sea el fabuloso encanto suicida. Tal parece que no queda otro … Leer más
¡Qué abrumadora me parecía siempre la compañía de las personas! Sus pláticas absurdas, sus ridículas creencias y sus mediocres ideales no podían sino hacerme sentir náuseas. La soledad, claro, era entonces mi único amor verdadero. … Leer más