El Extraño Mental XXI
En fin, ¡al carajo con dios! Muchas cosas me hacía pensar Volmta con su extraña sonrisa y su jovialidad tan familiar. Él, aunque no era partidario del sinsentido, comprendía perfectamente el absurdo en que la … Leer más
No hay razones para existir
En fin, ¡al carajo con dios! Muchas cosas me hacía pensar Volmta con su extraña sonrisa y su jovialidad tan familiar. Él, aunque no era partidario del sinsentido, comprendía perfectamente el absurdo en que la … Leer más
Yo, en mi experiencia, adoraba dormir, y detestaba tener que ponerme en marcha, siempre para realizar las mismas acciones. Esto era tan inexplicable, tan absurdo y funesto, que el hecho de observar a los monos … Leer más
Lo que único que no soportaba realmente de mí era el hecho de estar vivo, de sentirme absurdamente forzado a existir en un mundo que detestaba más aún que el acto de respirar. . Nada … Leer más
Sabía, en el fondo, que había algo distinto en mí, pese a simular ser como todos ellos: ¿qué era? ¿Cuándo podría entender por qué no podía considerarme tan estúpido y adoctrinado como el resto de … Leer más
Claman los superiores por la exegesis de los funestos mortales Añorada tierra prohibida, plagada de estultos y vacíos animales Sempiterno sufrimiento se ha cernido sobre los corceles inanimados Que el mundo desató cuando aceptó la … Leer más
Me sentía extraño, pero pude vencer aquellas reflexiones impertinentes y actúe tal y como Lary me lo solicitaba. A mí me encantaba su boca, porque estaba fresca y sus gemidos me prendían mucho, aunque no … Leer más
Ciertamente, había enloquecido. Me parecía como si todo aquello no fuese sino un sueño. La verdad es que no existía ninguna cosa que probara lo contrario. La vida humana era insulsa y anodina, pero ni … Leer más
No sé si realmente los seres humanos han desarrollado tan avanzado grado de estupidez, arrogancia y presunción como para suponer que sus miserables acciones tienden hacia un fin determinado, pero es cada vez más aborrecible … Leer más
Al fin volvía a mi hogar, a mi sucio y horripilante departamento en el segundo piso de la calle Miraluz. Ciertamente, había algo de repugnante en el hecho de salir a la calle y mirar … Leer más
Mamá tocó mi hombro indicándome que ya había comprado todo lo que necesitaba y que podíamos, al fin, regresar. Luego de comer papá se la pasó mirando la televisión y durmiendo, particular atención dedicó al … Leer más