Encanto Suicida 22
Cuando realmente se ama a alguien, lo mejor que puede hacerse por él es colaborar con su muerte. Dicho acto no tiene comparación alguna en la absurda y lamentable percepción que el mono ha concebido … Leer más
No hay razones para existir
Cuando realmente se ama a alguien, lo mejor que puede hacerse por él es colaborar con su muerte. Dicho acto no tiene comparación alguna en la absurda y lamentable percepción que el mono ha concebido … Leer más
La irracional convicción de vivir no estaba destinada para un miserable como yo Aquel sujeto deplorable que en sueños se regocijaba con el asesinato y el dolor El perfecto olor a muerte que emanaba de … Leer más
Entonces pasó que, un viernes por la tarde, día predilecto de fiestas y borracheras, decidí quedarme para visitar al profesor G. Llamé en repetidas ocasiones a su cubículo, pero no hubo respuesta. Esperé una media … Leer más
En las nuevas vacaciones me aburrí como un imbécil, y extrañaba a Isis con tanto ahínco. Podría decir que fueron las más depresivas y tortuosas semanas para mí. Entré en un debate por decidir qué … Leer más
Me desperté los días siguiente con dolor de cabeza y sin hambre, habían pasado dos semanas exactamente desde mi encuentro con Isis y nuestra plática. Los primeros días pensaba que me mataría en algún momento, … Leer más
El incisivo malestar de existir ya no podía ser contenido mediante la poesía, el arte ni la música. La literatura y la filosofía mínimamente me consolaban, pero palidecían ante las rabiosas embestidas de mi deprimente … Leer más
Diariamente se repiten los mismos acontecimientos en este putrefacto escenario humano: violaciones, asesinatos, guerras, pobreza, hambre, etc. Este mundo está plenamente batido de la más asquerosa suciedad, y no se purificará hasta que aquellos imbéciles … Leer más
Nuestros pensamientos difícilmente nos pertenecen, ya no nos son inherentes. Lo poco que podemos intuir acerca del modo en que creemos funcionan las cosas termina por ser, de una u otra forma, un engaño. Juzgamos … Leer más
Así fue como salimos, no sin que antes Isis se sonrojara a tal punto que evitó mirarme durante unos minutos. Una vez fuera tuvimos hambre y decidimos ir a comer algo. Como no conocíamos el … Leer más
¡Qué ojos tan majestuosos! Sin duda, comenzaba a creer que estaba alucinando, pero esta vez esperaba que no fuera así. Seguía absorto con su mirada, con ese brillo que refulgía más que cualquier estrella, y … Leer más