El Extraño Mental XXI
En fin, ¡al carajo con dios! Muchas cosas me hacía pensar Volmta con su extraña sonrisa y su jovialidad tan familiar. Él, aunque no era partidario del sinsentido, comprendía perfectamente el absurdo en que la … Leer más
No hay razones para existir
En fin, ¡al carajo con dios! Muchas cosas me hacía pensar Volmta con su extraña sonrisa y su jovialidad tan familiar. Él, aunque no era partidario del sinsentido, comprendía perfectamente el absurdo en que la … Leer más
Yo quisiera no haber existido, nunca haber aparecido en esta realidad repugnante Donde cualquier suceso carece de sentido, donde el tormento se torna excesivo Demasiado tarde para solucionar el presente, demasiado humano para salvar el … Leer más
Noté que su conducta había cambiado drásticamente, estaba en trance y nada de lo que dijera la haría cambiar de opinión. Yo mismo no terminaba de explicarme y aceptar lo acontecido, pues era inverosímil creer … Leer más
Evidentemente le molestaba su apariencia física, por lo cual seguramente, siempre que podía, se encargaba de denigrar a las personas que concedían excesiva importancia a la belleza terrenal, sabiéndose él mismo horrible y calvo prematuro. … Leer más
Claman los superiores por la exegesis de los funestos mortales Añorada tierra prohibida, plagada de estultos y vacíos animales Sempiterno sufrimiento se ha cernido sobre los corceles inanimados Que el mundo desató cuando aceptó la … Leer más
Me sentía extraño, pero pude vencer aquellas reflexiones impertinentes y actúe tal y como Lary me lo solicitaba. A mí me encantaba su boca, porque estaba fresca y sus gemidos me prendían mucho, aunque no … Leer más
La primera vez que te vi no comprendí por qué sentí que moría ¿Por qué tal zozobra se filtró en mi alma y apabulló la ironía? Supuse entonces cierta influencia sumamente rara y siniestra No … Leer más
Lary me miraba confundida. Estaba borracha, eso era cierto, pero, por instantes, olvidaba que ella era como el resto. ¡Yo también, de hecho! Entonces ¿qué me afectaba? ¡No, yo no! ¿Qué me ocurría? Me hallaba … Leer más
Ese juego me gustaba, pues sabía que ella era una completa imbécil, y que me apreciaba como si yo fuese un dios. Podría hacer cualquier cosa para ganarme su desdicha y, aun así, continuaría teniéndome … Leer más
Sin importar cuánto intentase, resultaba una pérdida de tiempo ilustrar a los demás la manera en que esto me inquietaba y me trastornaba en los sueños del espíritu decadente. Ellos nunca comprenderían el sopor en … Leer más