Encanto Suicida 38
Tal vez por eso era soportable vivir, al menos por el efímero tiempo que debíamos hacerlo. Y lo era porque, al fin y al cabo, siempre quedaba la muerte como consuelo y el suicidio como … Leer más
No hay razones para existir
Tal vez por eso era soportable vivir, al menos por el efímero tiempo que debíamos hacerlo. Y lo era porque, al fin y al cabo, siempre quedaba la muerte como consuelo y el suicidio como … Leer más
Te vi detrás de las cortinas ensangrentadas sonriendo tan mágicamente Eran tus afilados miembros los que me incitaban a recordarte nuevamente Pero no en la carne, no en este triste matiz que es la humana … Leer más
Te amo tanto que tendré que asegurar tu felicidad, la cual lejos de este mundo vomitivo ha de germinar. Espero que algún día puedas perdonarme, si es que existe tal cosa en el más allá. … Leer más
Mi falso amor, ni único amor. Mi amor platónico, mi amor imposible. Sí, yo te contemplaba cada día con la misma ilusión, con la misma estupidez de quien sabe que añora algo que jamás podrá … Leer más
No, no hay nada nuevo. No hay nada, en realidad. Nuevamente me asomo por la ventana y miro los mismos edificios, las mismas casas, las mismas personas que sonríen estúpidamente y cuya ignorancia y felicidad … Leer más
La siniestra faceta de mi lóbrego interior volvía de nuevo para emanciparme Los rugidos de aquella sombra parecían no concederme ni un momento La blasfemia de existir desfragmentaba cada átomo de mi cuerpo putrefacto No … Leer más
Tus engusanados miembros no detuvieron los frenéticos deseos que tenía de poseerte aquella psicótica noche, pues solo tu inefable silueta era la que me excitaba hasta el delirio. Por eso tu tumba estaba vacía cuando … Leer más
Y, cuando subí al autobús, no pude hacer otra cosa sino hundirme en mi miseria Los deseos de suicidarme eran más reales y violentos que en cualquier otra noche Sé que era tan inverosímil, que … Leer más
El mensaje provenía de una dimensión desconocida, de un rincón del cosmos donde solo yo podía escucharlo. No creo que fuese mi enfermedad la que me permitía atisbar a esos seres de manos rojizas y … Leer más
La frigidez de tu escultural cuerpo aumentaba conforme transcurrían los días, pero estuve consciente de eso desde el comienzo. Sabía que el hedor y la rigidez acabarían con tu peculiar silueta, que tu inmarcesible belleza … Leer más