Obsesión Homicida 44

El espléndido deseo del suicidio era ya lo único que me permitía seguir vivo, pues ser un suicida de esos que no se matan era el espejo en el cual se reflejaba cada noche la … Leer más

La Execrable Esencia Humana 44

No hay mejor método de control social que una mentira mundial propagada por todos los gobiernos, medios de comunicación e instituciones, entre otros; y que, además, es considerada como una verdad absoluta. Y que mejor … Leer más

Obsesión Homicida 43

Si realmente no querer estar en este horrible mundo y detestar a los infames seres que lo habitan es una enfermedad, entonces creo que ya es momento de degustar la única cura posible cuando se … Leer más

Encanto Suicida 43

No sé qué sería mejor: dejar que la humanidad prosiga con su miserable y nauseabunda existencia o exterminarla para hacerle un cumplido a la decencia. * El ser puede ser perfectamente definido como aquella vomitiva … Leer más

Romántico Trastorno 25

Existir por obligación y soportar esta horripilante pseudorealidad plagada de alimañas humanas es, quizás, aún más suicida que el mismo acto de suicidarse. * Sube la dosis, aumenta la esquizofrenia… Afuera llueve mientras dentro la … Leer más

El Halo de la Desesperación 31

Indudablemente, la existencia en general (y más la de la humanidad) ha sido una tragedia de dimensiones estratosféricas. Pero ¿a quién se culpará ahora? ¿Acaso a dios o al diablo? ¿Acaso a seres de otros … Leer más

Encanto Suicida 41

Buscando un inexistente sentido a mi absurda y deplorable existencia humana fue como encontré la oscura entidad reprimida que sollozaba por un ínfimo momento de libertad dentro de mi acongojada alma, misma que me condujo … Leer más

Romántico Trastorno 23

Es tal vez igualmente espiritual el embriagarse o hundirse en la decadencia que fingir pureza y virtud. En cuyo caso, estas últimas no son sino símbolo de un conjunto de falsas doctrinas y/o ridículas normas … Leer más

Obsesión Homicida 40

Necesité de muy poco tiempo para entender que aquellos blasfemos seres a mi alrededor, esos cuyos máximos placeres no podían ser otros sino el poder, el sexo y el dinero, jamás comprenderían ni un ápice … Leer más

La señal

Y, lo que comenzó como un juego ridículo, terminó convirtiéndose en la máxima señal de autodestrucción, en la infame bofetada que el falso dios arrojó en mi rostro acabado y triste. Ni en los sueños … Leer más