Obsesión Homicida 42
Acaso quería suicidarme por las razones más sublimes, tal vez porque me había percatado de mis limitaciones y abundantes defectos como humano; de aquella barrera que, por más que intentase, nunca me permitiría ir más … Leer más
No hay razones para existir
Acaso quería suicidarme por las razones más sublimes, tal vez porque me había percatado de mis limitaciones y abundantes defectos como humano; de aquella barrera que, por más que intentase, nunca me permitiría ir más … Leer más
Indudablemente, la existencia en general (y más la de la humanidad) ha sido una tragedia de dimensiones estratosféricas. Pero ¿a quién se culpará ahora? ¿Acaso a dios o al diablo? ¿Acaso a seres de otros … Leer más
El ser es tan miserable y patético que atribuye un supuesto sentido a su existencia sin absolutamente ninguna prueba real de ello y, encima, se percibe como la culminación de la evolución; como el merecedor … Leer más
Es tal vez igualmente espiritual el embriagarse o hundirse en la decadencia que fingir pureza y virtud. En cuyo caso, estas últimas no son sino símbolo de un conjunto de falsas doctrinas y/o ridículas normas … Leer más
Aquellas tardes silenciosas en mi triste habitación, tirado en la cama, brutalmente ebrio y anhelando el suicidio con todo mi ser eran una inaudita tortura; pero era, al mismo tiempo, las más deliciosas oportunidades para … Leer más
Eso era lo que me siempre atormentaba: que sabía a la perfección lo miserable y fútil que era la vida, lo ridículamente intrascendente de cada acto y lo absurdamente ínfimo de cada momento. No obstante, … Leer más
No podía creerlo, pero tenía que hacerlo, tenía que dejarte ir para siempre. Sí, pues entendía que tú jamás me habías pertenecido y que no buscaría que te quedaras conmigo en contra de tu voluntad. … Leer más
Solamente añoraba deleitar mi trémula esencia con el fantástico roce de tu frenética boca, pues debes saber que a mí no me interesará, ni hoy ni nunca, el que hayas tú degustado, una o mil … Leer más
Te vi caminando bajo el resplandor de la luna llena, ebria y melancólica, y entonces me gustaste como nadie más me había gustado. No podría decir si me enamoré de ti como un demente, si … Leer más