El Extraño Mental XXXII
“Yo, que tantas veces había deseado fornicar y que me había mantenido, por alguna razón igualmente absurda, virgen hasta ese momento, ahora no era capaz de conseguir una simple erección. Pero ¿por qué? ¡Que el … Leer más
No hay razones para existir
“Yo, que tantas veces había deseado fornicar y que me había mantenido, por alguna razón igualmente absurda, virgen hasta ese momento, ahora no era capaz de conseguir una simple erección. Pero ¿por qué? ¡Que el … Leer más
Y así, se dispuso a contarme su historia, tal como lo había hecho Volmta. No sé por qué razón, pero me sentía inclinado a escucharlo, algo en sus labios comenzaba a despertar una llama hasta … Leer más
¿El extraño mental? Aquella combinación de palabras parecía interesante, ¿qué podría significar? Bueno, después de todo, sí que me consideraba un ser extraño, con una mente un tanto más desviada, o tal vez mucho, que … Leer más
Quizás el destino, pese a todo, ha sido obsequioso conmigo, pues me ha permitido conocerte en tu absoluta majestuosidad sin importar que este mundo ahíto de avaricia y desperdicio me consuma cada vez más. Recuerdo … Leer más
Me hallaba en un ataúd a punto de ser enterrado, aunque aún estaba vivo. Sabía que estaba vivo en los términos que me habían sido inculcados para comprender tal condición. No obstante, algo se sentía … Leer más
Me quedé mirando a Akriza con una profundidad que me anonadó. Sus palabras sonaban tan conmovedoras y contradictorias que no terminaba de entenderlas por completo. Me decía que aquella marca me hacía distinto al rebaño, … Leer más
Pero todo eso era verdadero solo en mi mente, en mi mundo intrínseco, como tantas otras cavilaciones que embotaban mi percepción. Akriza me gustaba y no solo para hacerla mía durante la noche, sino para … Leer más
En fin, ¡al carajo con dios! Muchas cosas me hacía pensar Volmta con su extraña sonrisa y su jovialidad tan familiar. Él, aunque no era partidario del sinsentido, comprendía perfectamente el absurdo en que la … Leer más
Yo, en mi experiencia, adoraba dormir, y detestaba tener que ponerme en marcha, siempre para realizar las mismas acciones. Esto era tan inexplicable, tan absurdo y funesto, que el hecho de observar a los monos … Leer más