Romántico Trastorno 61
Otra vez soy yo de nuevo, pensándote, añorándote y llorándote, mientras tú en sus brazos ríes y finges que eres feliz. Así es nuestra melodramática historia, plagada de hipocresías y engaños que solo nos distancian … Leer más
No hay razones para existir
Otra vez soy yo de nuevo, pensándote, añorándote y llorándote, mientras tú en sus brazos ríes y finges que eres feliz. Así es nuestra melodramática historia, plagada de hipocresías y engaños que solo nos distancian … Leer más
Y ahí estaba yo, con el corazón roto, ebrio hasta el tuétano, con una cajetilla vacía de cigarrillos, rodeado de prostitutas y malvivientes, despilfarrando mi dinero en apuestas impensables, pero en el fondo sabiendo que … Leer más
Incluso los momentos buenos de la vida ni siquiera son tan buenos en realidad y duran demasiado poco. Siendo así, ¿qué caso tendría experimentarlos? Parece que, de cualquier manera, la vida siempre tenderá hacia el … Leer más
Aquellas impresionantes y absurdas conchas azules surgían al azar Las miraba cuando la jeringa se incrustaba con delicia en mi brazo Aunque el efecto no era persistente, sino que alteraba el tiempo Acaso por eso … Leer más
El vehemente deseo suicida no mengua ni un maldito instante En esta habitación decadente donde apesta a muerte y desolación La locura, si es que así puede llamársele, se ha apoderado de todo Y mi … Leer más
Tan solo necesitaba un motivo que fuera completamente cierto para poder soportar algo que percibía como completamente falso: la existencia. Lo irónico era que, sin importar cuánto o dónde buscase, ese motivo no aparecía nunca. … Leer más
Y, cuando te vi por primera vez, no pude evitar pensar que finalmente había conocido a una persona cuya locura encajaría perfectamente con la mía y cuyo suicidio podría consumarse al mismo tiempo que el … Leer más
Por supuesto que en la vida había numerosas opciones y se podían tomar decisiones todo el tiempo, el problema era que yo ya había decidido morir esta noche y nada ni nadie podría hacerme cambiar … Leer más
¡Qué aburrido era despertar! Luego, siempre más de la misma basura: desayunar, lidiar con el tráfico, llegar a la oficina, soportar a las personas, trabajar y trabajar, comer, volver a trabajar, volver a lidiar con … Leer más
La sobreestimulación era peligrosa, pues con ella se perdía gradualmente el interés en cualquier cosa. Ya nada era suficiente, ya todo era absurdo. No importaba si se trataba de pornografía, prostitución, drogas, sexo o demás … Leer más