Encanto Suicida 42

No conozco mayores absurdos que enamorarse, reproducirse o creer en algún dios. Y no entiendo la enfermiza y ridícula obsesión del ser por el dinero, el materialismo, el sexo y, sobre todo, por seguir viviendo … Leer más

Obsesión Homicida 41

El ser es tan miserable y patético que atribuye un supuesto sentido a su existencia sin absolutamente ninguna prueba real de ello y, encima, se percibe como la culminación de la evolución; como el merecedor … Leer más

Romántico Trastorno 23

Es tal vez igualmente espiritual el embriagarse o hundirse en la decadencia que fingir pureza y virtud. En cuyo caso, estas últimas no son sino símbolo de un conjunto de falsas doctrinas y/o ridículas normas … Leer más

El Halo de la Desesperación 29

Las religiones juegan un papel fundamental en coordinación con los gobiernos y demás organizaciones, pues, aunque se supone que hace tiempo fungen como organismos independientes, en realidad ambos no tienen otro propósito sino asegurar, cada … Leer más

Amor Delirante 40

Se requiere, ciertamente, de la implicación de factores más mundanos que rebajen el concepto de amor al nivel en el que el ser pueda experimentarlo en su faceta más representativa, que no es otra sino … Leer más

Obsesión Homicida 39

Eso era lo que me siempre atormentaba: que sabía a la perfección lo miserable y fútil que era la vida, lo ridículamente intrascendente de cada acto y lo absurdamente ínfimo de cada momento. No obstante, … Leer más

La Execrable Esencia Humana 39

Era inútil intentar cambiar este mundo y todavía más fútil resultaba intentar hacer reflexionar a sus patéticos habitantes; a seres cuyas mentiras eran tan recalcitrantes que ya ni siquiera se acordaban de que existía la … Leer más

El Halo de la Desesperación 28

Nada más contradictorio que dos personas jurándose fidelidad eterna. Pero ¿qué puede esperarse de una raza retrógrada y adoctrinada como la humana? No está aún a la altura para comprender que la auténtica naturaleza del … Leer más

Lo oscuro

Me percibo, pero ya sin alma, ya sin ser yo, ya sin deseos de salir y comenzar a vivir otra vez. Hace mucho que los deseos de sonreír me abandonaron, que en esta pestilente tumba … Leer más

La tormenta

Ya solo el sueño significaba algo, pues solo él me proporcionaba un mínimo descanso de esta nefanda y putrefacta realidad; aunque, ciertamente, lo que yo añoraba era el descanso eterno. No sabía cómo ni por … Leer más