Capítulo V (EIGS)
Súbitamente recordé esos momentos en que me sentía aún más asqueroso. La verdad es que se trataba de un secreto, o eso creía. Yo era, ni más ni menos, un adicto a la masturbación. Eso … Leer más
No hay razones para existir
Súbitamente recordé esos momentos en que me sentía aún más asqueroso. La verdad es que se trataba de un secreto, o eso creía. Yo era, ni más ni menos, un adicto a la masturbación. Eso … Leer más
Los días siguieron su superfluo curso y finalmente era viernes por la tarde, la hora en que vería a Natzi para asistir a la dichosa reunión. Ciertamente, era la primera salida que tenía en mucho … Leer más
Al despertar por la mañana vi que tenía una solicitud de amistad, pero no le presté atención. Me sentía un tanto raro, no sabía por qué. Fui a la escuela y todo estaba igual de … Leer más
Mi historia no era diferente, quizás, a aquellas tragedias que se animan en las grandes pantallas, esas que las personas admiran y que ganan premios. Sin embargo, algo había en esta mezcolanza de vivencias que … Leer más
El día nimbó, la noche se esparció con calma y el mundo lucía impertérrito. El mal y el bien se anulaban, se extinguían los sentimientos y los amantes ya no copulaban, se asomaba ya una … Leer más
De inmediato, intervinieron Alister y Erendy, argumentando algunas cosas. La única que permaneció en silencio fue Vivianka, quien no lucía interesada en tales disquisiciones. –No creo que la religión pueda hacer de este mundo algo … Leer más
En casa de Erendy, al llegar Alister, se encontró con que ese día se festejaba el cumpleaños de Vivianka. Había adornos por todas partes, la hija predilecta cumplía ya sus 33 años. Qué lejanos eran … Leer más
Igualmente, recordaba las teorías de las supercuerdas y cómo se hallaban las formulaciones de la mecánica cuántica en una singular y hasta perpleja concomitancia con lo que algunas religiones afirmaban. El principio de incertidumbre lo … Leer más
Era rubia, pero sus cabellos eran quebrados y hermosos, muy parecidos a los de Alister, pero menos rizados, y brillaban como el sol. Sus ojos de color esmeralda eran los más refulgentes y penetrantes que … Leer más
Lo que por ti sentía nos protegía del inmundo lugar en que habitan el resto de las personas cuyas almas han sido consumidas brutalmente por la pseudorealidad. Y, aun con las heridas, sé que tu … Leer más